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Aunque a menudo pasan desapercibidos, los sesgos inconscientes tienen un impacto profundo en la cultura de las empresas, más aún en el ámbito de la Diversidad, Equidad e Inclusión (DEI).
En este artículo conocerás, con términos sencillos y de forma concisa:
Los humanos tomamos miles de decisiones todos los días. Para ahorrar tiempo y energía, nuestro cerebro no presta la misma atención a cada decisión . En lugar de eso, tomamos atajos mentales a los que llamamos “sesgos”.
Los sesgos inconscientes son prejuicios automáticos, no intencionales, que influyen en nuestra percepción y decisiones. Son inconscientes porque operan bajo la superficie de nuestra conciencia, afectando cómo interpretamos información y cómo actuamos hacia los demás sin darnos cuenta.
Es importante recalcar que los sesos no son ni buenos ni malos; simplemente lo son, y que nos ayudan en ciertos casos y nos obstaculizan en otros.
En el ámbito empresarial, estos prejuicios pueden influir en todo, desde la contratación hasta las promociones y la evaluación del desempeño en nuestros equipos, hasta la forma en la que atendemos a nuestros clientes y realizamos estrategias de marketing y ventas.
Los científicos han explorado más de 150 de estos sesgos y aunque es una función natural de nuestro cerebro, sí que hay forma de cómo mitigar los sesgos inconscientes gracias a la neuroplasticidad.
Entre los sesgos dentro del entorno empresarial se encuentran aquellos que el NeuroLeadership Institute ha clasificado en cinco dominios:
Los humanos estamos muy motivados para vernos a nosotros mismos y a aquellos que son similares a nosotros de forma favorable. De ahí que es común en los líderes tienden a contratar empleados que les recuerden a sí mismos.
Superar un sesgo de afinidad requiere encontrar activamente puntos en común con personas que parecen diferentes.
Los humanos tenemos una necesidad innata de certeza: de saber qué está pasando. Una desventaja de esto es la tendencia a apresurarnos a emitir juicios sin considerar plenamente todos los hechos.
Este sesgo surge cuando juzgamos el desempeño de los empleados basándonos únicamente en un dato o recomendación. La solución es desarrollar un proceso paso a paso que facilite la recopilación de más información.
Este ocurre cuando asumimos que nuestra visión de un problema o situación determinada constituye toda la verdad, cuando en realidad, cada persona ve el mundo de forma diferente a como nosotros la vemos.
Para contrarrestar este sesgo, necesitamos construir sistemas para que otros revisen nuestro pensamiento, compartan sus perspectivas y nos ayuden a replantear la situación en cuestión.
Este tipo de sesgo refleja nuestro instinto de priorizar lo que está cerca , ya sea en el espacio físico o en el tiempo. Éste se ha vuelto aún más común en el mundo híbrido actual, por ejemplo, en las reuniones cuando las personas en la sala no logran recopilar información de sus colegas remotos que llaman a través de una plataforma de video.
Éste se refiere a la tendencia humana a evitar pérdidas. Diversos estudios han demostrado que preferimos no perder dinero a ganarlo, es decir, que el mal es más fuerte que el bien.
El sesgo de seguridad frena formas saludables de asumir riesgos. Una forma de mitigar este sesgo es poniendo cierta distancia entre nosotros y la decisión para que esos eventos estén menos vinculados emocionalmente con nosotros mismos.
En nuestra labor junto a diversas empresas, hemos visto cómo tomar medidas activas para identificar y abordar sesgos inconscientes no solo mejora el clima laboral, sino que también propulsa el éxito empresarial a largo plazo.
Te invitamos a explorar más sobre este tema y a implementar cambios en tu propia organización para un futuro más inclusivo y equitativo.
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