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En este artículo exploraremos, con términos fáciles de comprender y de forma muy concisa, cómo el concepto de neurodiversidad está revolucionando las prácticas de Diversidad, Equidad e Inclusión (DEI) tanto en el ámbito laboral como en la experiencia de clientes y consumidores.
La neurodiversidad es un término que reconoce las diferencias en el funcionamiento del cerebro y los procesos cognitivos como variaciones naturales y normales en las personas.
Surgió en los años 90, promovido por la socióloga Judy Singer, y defiende que las diferencias neurológicas como el autismo, el TDAH, la dislexia y otros estilos de aprendizaje no son defectos, sino diversidades que deben ser respetadas y valoradas.
La neurodiversidad está presente en la sociedad más de lo que se puede observar pues 20 de cada 100 adultos son neurodivergentes, y esto se debe a que en muchas ocasiones no es evidente a primera vista sino hasta que se tiene una mayor interacción con la persona.
Es importante abordar este ámbito de la diversidad (biodiversidad neurológica) pues las personas neurodiversas o personas neurodivergentes enfrentan desafíos únicos que pueden dificultar su participación plena en la sociedad, tales como:
Las empresas están comenzando a reconocer que las personas neurodivergentes aportan habilidades únicas y perspectivas sumamente valiosas, especialmente en roles que requieren innovación y habilidades analíticas.
Para una plena inclusión en una organización, es indispensable reconocer que las personas neurodivergentes suelen encontrarse ciertas dificultades o barreras en el entorno laboral, tales como:
Cada vez más organizaciones ya están diseñando programas específicos para contratar y apoyar a personas neurodivergentes, brindando soluciones a estas dificultades y respondiendo con ajustes razonables para proporcionar un ambiente laboral que aprovecha sus habilidades.
Desde el punto de vista del consumidor y experiencia del cliente o Customer Experience (CX), considerar la neurodiversidad implica desarrollar productos y servicios accesibles y adaptados a las necesidades de personas con diferentes configuraciones neurológicas. Esto incluye desde interfaces de usuario personalizables hasta comunicaciones de marketing que consideren diversas formas de procesamiento sensorial y cognitivo.
Por ejemplo, en la industria de reuniones, considerar que es muy probable que haya asistentes neurodivergentes llevó a Google a desarrollar “The Neu Project”, cuyo propósito es normalizar la neurodiversidad e inspirar nuevos métodos de inclusión en el diseño de eventos en los que todas las mentes puedan disfrutar y brillar.
Promover la neurodiversidad es avanzar hacia una sociedad más inclusiva y equitativa, donde cada persona puede contribuir plenamente según sus capacidades únicas. Nuestra experiencia apoyando a empresas para integrar la neurodiversidad en sus estrategias de DEI ha demostrado que este enfoque no solo es ético sino también beneficioso para el negocio.
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