Síguenos:
En el dinámico entorno empresarial actual, el desafío de gestionar equipos multigeneracionales se ha vuelto cada vez más prominente.
Un reciente estudio revela que más del 55% de las empresas enfrentan problemas en la convivencia generacional. Aunque el 45% restante reporta no tener problemas, aquellos que sí los enfrentan tienden a clasificarlos como menores (42%) o intermedios (56%). Solo un 2% los considera graves. Este fenómeno plantea una pregunta crucial para los líderes de Recursos Humanos: ¿cómo podemos capitalizar la diversidad generacional en lugar de verlas como un obstáculo?
La realidad es que, en muchos talleres de diversidad, equidad e inclusión, la preocupación recurrente es sobre cómo manejar las diferencias entre generaciones: los Baby Boomers, la Generación X, los Millennials y la Generación Z. A menudo, se perciben como si estuvieran en una especie de tira y afloja, creando un entorno donde parece que hay ganadores y perdedores. Sin embargo, el verdadero objetivo es que todos puedan beneficiarse de la riqueza que cada generación aporta.
La clave para transformar este desafío en una oportunidad radica en desarrollar la inteligencia multigeneracional. Así como la inteligencia emocional y la inteligencia intelectual, esta forma de inteligencia es esencial para aprovechar al máximo la diversidad generacional. La inteligencia multigeneracional se define como la capacidad de una organización para capitalizar la diversidad generacional, no solo para mejorar el ambiente de trabajo, sino también para impulsar el negocio.
Para desarrollar esta inteligencia, proponemos un modelo de tres bloques fundamentales: autoconocimiento, empatía circular y acción estratégica.
El primer paso en el desarrollo de la inteligencia multigeneracional es el autoconocimiento. Este concepto, respaldado por Sócrates y Daniel Goleman, nos recuerda que conocer nuestras propias perspectivas, valores y sesgos es esencial. Cada generación está marcada por un macro contexto social, económico y ambiental, así como por un micro contexto individual, como la familia y la educación. Conocer nuestro propio contexto y cómo influye en nuestra visión del mundo nos permite comprender mejor a los demás.
La empatía circular va más allá de la simple empatía. Se trata de abrazar nuestros propios pensamientos y emociones (autoempatía) y luego extender esta comprensión a los demás.
En el contexto generacional, esto significa entender los contextos y las experiencias únicas de cada generación.
La empatía cognitiva y emocional nos permite conectar con las emociones y pensamientos de otros, facilitando una comunicación más efectiva y reduciendo los conflictos intergeneracionales. Importante es también aprender a recibir empatía, expresando nuestras propias emociones de manera clara para que los demás puedan comprendernos.
Una vez desarrollado el autoconocimiento y la empatía, la acción estratégica es el siguiente paso. Esta incluye:
En conclusión, capitalizar los equipos multigeneracionales no se trata de eliminar las diferencias, sino de aprender a manejarlas y aprovecharlas para el crecimiento de la empresa. Implementar estos principios no solo mejora la convivencia dentro de la organización, sino que también puede abrir nuevas oportunidades de negocio al conectar mejor con clientes y proveedores de diversas generaciones.
La inteligencia multigeneracional es una herramienta poderosa que, si se utiliza correctamente, puede llevar a las empresas a un éxito más inclusivo y sostenido. Conoce a detalle cómo desarrollarla en el siguiente video:
Síguenos: