En un mundo cada vez más consciente de la importancia de la inclusión, ofrecer un servicio inclusivo no solo es una obligación ética y legal, sino también una estrategia para destacar como empresa y ganar la fidelidad de tus clientes. Una de las formas de hacerlo es asegurándote de proporcionar un trato adecuado a las personas usuarias de perros de asistencia. Este artículo te guiará a través de los aspectos clave que debes conocer y aplicar en tu empresa.
¿Quiénes son las personas usuarias de perros de asistencia?
Son personas con alguna discapacidad o condición médica que necesitan el apoyo de un perro de asistencia para realizar actividades cotidianas. Entre ellas se encuentran:
- Personas con discapacidad visual, auditiva o motriz.
- Personas con autismo.
- Personas con enfermedades como epilepsia, diabetes o Lupus.
Estas personas dependen de sus perros de asistencia para llevar una vida más independiente y segura.
¿Qué son los perros de asistencia?
Según la Assistance Dog International, los perros de asistencia son seleccionados y entrenados por instituciones certificadas para realizar más de una tarea que mitigue los efectos de una discapacidad. Existen diferentes tipos de perros de asistencia:
- Perros guía: Asisten a personas con discapacidad visual, ayudándoles a sortear obstáculos y desplazarse de manera segura.
- Perros señal: Alertan a personas con discapacidad auditiva sobre sonidos como timbres, alarmas o el llanto de un bebé.
- Perros de servicio: Incluyen:
- Perros para movilidad reducida: Ayudan a recoger objetos, encender luces o tirar de sillas de ruedas.
- Perros de asistencia en autismo: Previenen fugas en la calle o autolesiones.
- Perros de alerta médica: Detectan y asisten en crisis como convulsiones o episodios de hipoglucemia.
Nota: Los perros de apoyo emocional y los de rehabilitación no son considerados perros de asistencia bajo la legislación que regula el acceso público.
¿Cómo identificar a un perro de asistencia?
- Razas comunes: Labrador Retriever, Golden Retriever y Pastor Alemán.
- Arnés o chaleco distintivo: Con la especialidad del perro y el nombre de la institución que lo certifica.
- Credencial: Emitida por la institución certificadora, con los datos del perro y una fotografía.
Los 5 pasos de oro para una atención inclusiva
Paso 1: Observa
Identifica si la persona está acompañada por un perro de asistencia. Observa las características del perro y su interacción con la persona.
Paso 2: Analiza
Reflexiona sobre tus propios pensamientos y emociones para evitar sesgos inconscientes. Evalúa también posibles barreras en tus instalaciones o servicios.
Paso 3: Pregunta
Después de presentarte, pregunta de manera respetuosa:
- “¿Necesita algo en particular?”
- “¿Necesita algo en particular para su perro de asistencia?”
Paso 4: Escucha
Aplica una escucha activa, demostrando atención plena y empatía hacia las necesidades de la persona.
Paso 5: Actúa
Pon en práctica las acciones necesarias para facilitar el acceso y la comodidad de la persona y su perro de asistencia.
- Cada persona usuaria de perro de asistencia que atiendas decidirá cómo desea ser atendida. Sin embargo, en general, estas son las recomendaciones sobre lo que sí y no es adecuado al interactuar con una persona usuaria de perro de asistencia:
- Recuerda aplicar la Regla de Oro para la Inclusión: “Trata a las personas como desean ser tratadas”.
- Cuando interactúes con la persona, colócate frente a ella (lado izquierdo de frente) o del lado contrario de donde está su perro de asistencia (lado derecho). Esto asegura que respetas el espacio del perro.
- No te refieras al perro como “su mascota”; utiliza siempre el término “su perro de asistencia”.
- No trates al perro de asistencia como una mascota. Esto significa: no lo distraigas, no lo acaricies, no lo alimentes y no le chifles, ya que está trabajando y requiere concentración.
- Nunca separes a la persona de su perro de asistencia, ya que podría poner en peligro su seguridad. Es fundamental permitir el acceso de la persona con su perro de asistencia a TODOS LOS LUGARES de tus instalaciones o servicios (excepto en áreas restringidas como cocinas o zonas de preparación de alimentos).
- Si identificas algún obstáculo en tus instalaciones o servicios que podría representar una barrera para la persona o su perro de asistencia, comúnicalo de manera clara y honesta. Trabaja junto con la persona para encontrar soluciones que le permitan ejercer su derecho de acceso.
- No es necesario que habilites un espacio específico para perros de asistencia, ya que estos están entrenados para comportarse de manera discreta, sin generar disturbios ni realizar sus necesidades dentro de espacios cerrados.
- Cada perro de asistencia tiene un entrenamiento específico para apoyar a su usuario en tareas particulares. No asumas que todos los perros de asistencia cumplen las mismas funciones.
- Evita colocar a la persona y su perro de asistencia junto a perros de compañía o mascotas, ya que estos podrían agredir al perro de asistencia, afectando a la persona usuaria.
- Si la persona tiene dificultades para sostener algún objeto, como un bolso o un plato, mientras lleva a su perro de asistencia, ofrécete a ayudar con el objeto, pero nunca tomes el control del perro.
- Finalmente, recuerda utilizar siempre un lenguaje y expresiones incluyentes que respeten y valoren la dignidad de la persona.
Al adoptar estas prácticas inclusivas, tu empresa no solo cumplirá con la ley, sino que también creará un ambiente de confianza y respeto. Esto se traduce en clientes más satisfechos y leales, así como en una reputación positiva que atraerá a más personas a tus servicios.
Recuerda que la inclusión comienza con la acción. ¡Inicia hoy mismo a capacitar a tu equipo para garantizar una atención inclusiva a todas las personas!