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Así como la Diversidad, Equidad e Inclusión (DEI) en el ámbito laboral hacen a una organización más atractiva y competitiva como empleadora, aplicar la DEI hacia clientes y consumidores es la ventaja competitiva cada vez más inteligente y relevante en el mercado comercial de estos tiempos.
En este artículo conocerás, con términos sencillos, de forma concisa y con ejemplos; cómo aplican estos conceptos en la experiencia del cliente contribuyendo así al posicionamiento de las empresas socialmente responsables y al negocio.
Esto implica reconocer y valorar las diferencias entre los consumidores, incluyendo su género, edad, nacionalidad, religión, capacidades físicas e intelectuales, orientación sexual, y más.
Por ejemplo, una empresa de cosméticos que ofrece tonos de maquillaje que atienden a una amplia gama de tonos de piel está aplicando la diversidad al reconocer y valorar las diferencias físicas de sus consumidores.
Esta práctica no solo aumenta la satisfacción del cliente, sino que también amplía el mercado potencial de la empresa.
En el contexto de clientes y consumidores, promover la equidad significa asegurar que todos tengan acceso a los mismos niveles de servicio y calidad en los productos, sin discriminación.
Un ejemplo sería una empresa que ofrece programas de fidelización que no discriminan por ubicación o capacidad económica, garantizando que todas las ofertas y descuentos estén disponibles para todos los clientes, independientemente de su situación geográfica o financiera
En este punto es indispensable la accesibilidad, es decir, garantizar que todos los consumidores, independientemente de sus capacidades, puedan utilizar los productos y servicios de forma cómoda, segura y autónoma (por ellos mismos).
Esto puede implicar el diseño de sitios web y aplicaciones móviles que cumplan con las normas de accesibilidad, la provisión de opciones de producto para personas con discapacidades (como tecnología asistida o interfaces adaptadas), y la creación de entornos físicos accesibles en tiendas o lugares de servicio.
La inclusión se refiere a la creación de entornos en los cuales todos los clientes se sientan bienvenidos y valorados. Esto puede lograrse a través de una atención inclusiva al cliente que sea sensible y consciente de que cada cliente requiere y valora un servicio acorde a su individualidad y necesidades particulares.
Por ejemplo, incluir múltiples idiomas en el servicio al cliente o una atención empática y respetuosa a clientes con discapacidad intelectual, así como a las personas adultas mayores.
El marketing inclusivo que represente la variedad de consumidores también es elemental para que diferentes grupos del público objetivo se vean reflejados e identificados con los valores de la empresa o la marca.
Desde nuestra experiencia colaborativa, está claro que integrar la diversidad, equidad e inclusión en la experiencia del cliente o el consumidor no solo mejora el posicionamiento de la empresa, sino que también impulsa su incursión en nuevos nichos de mercado, muchas veces desatendidos y que son altamente leales a quienes comprenden su individualidad.
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