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Si estás buscando cómo mejorar la equidad de género en tu empresa, estás en el lugar correcto. Implementar prácticas de equidad de género no solo es justo y necesario, sino que también puede impulsar el rendimiento de tu organización.
Aquí te compartimos cinco prácticas recomendadas, basadas en estudios y nuestra experiencia ayudando a otras empresas.
Asegurar que hombres y mujeres sean remunerados equitativamente por trabajo de igual valor es fundamental. Un estudio de McKinsey muestra que las organizaciones con mayor equidad de género en sus equipos ejecutivos son 21% más propensas a experimentar rentabilidad por encima del promedio. Esto implica realizar auditorías salariales periódicas y ajustar las discrepancias cuando se identifican.
Fomentar una representación equitativa en los puestos de liderazgo no solo es justo, sino también beneficioso para la empresa. Según datos de Catalyst, las empresas con más mujeres en posiciones de liderazgo tienden a tener un mejor desempeño organizacional. Esto puede lograrse mediante programas de mentoría y desarrollo profesional específicamente diseñados para mujeres.
La flexibilidad en el trabajo es especialmente beneficiosa para aumentar la participación femenina en la fuerza laboral, ya que permite equilibrar mejor las responsabilidades laborales y personales. Esto incluye opciones como el trabajo remoto, horarios flexibles y políticas de licencia parental más allá de lo que marca la ley.
Muy importante: estas políticas son más efectivas cuando se brindan por igual tanto a hombres como mujeres, acompañado de un cambio de paradigma pues los hombres también tienen derecho a la flexibilidad, así como disfrutar de su familia y contribuir al cuidado del hogar.
Es crucial re-educar a todos los miembros de la organización sobre la importancia de la equidad de género y cómo pueden contribuir a ella. Esto incluye capacitación desde los conceptos básicos de qué es Diversidad, Equidad e Inclusión, cuáles son los beneficios de la DEI, sin olvidar los temas de sesgos inconscientes y cómo reducirlos.
Medir el progreso es vital. Establecer indicadores claros y realizar un seguimiento regular ayuda a la empresa a entender dónde necesita mejorar y cómo las políticas implementadas están funcionando. Algunos indicadores clave son:
Al aplicar estas prácticas, tu empresa no solo avanzará hacia la equidad de género, sino que también estará construyendo una cultura más inclusiva y productiva.
Desde nuestra experiencia apoyando a compañías en este camino, hemos visto el Business case y el human case, es decir, el impacto positivo que estas medidas pueden tener tanto a nivel organizacional como individual.
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