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La gestión de la Diversidad, Equidad e Inclusión (DEI) en una organización requiere de una distribución clara de responsabilidades entre todas las personas y niveles. Desde la alta dirección hasta el equipo operativo, cada rol desempeña una función crucial para construir un entorno inclusivo y equitativo.
El órgano de gobierno de la empresa, ya sea el consejo, la junta o la dirección general, lidera la estrategia de DEI con una visión estratégica. Sus principales responsabilidades incluyen:
Para incorporar la DEI en la agenda del órgano de gobierno, es útil organizar sesiones informativas, presentar el business case específico de la empresa y trabajar con champions internos que aboguen por estos temas.
Las personas en roles de liderazgo de todas las áreas y departamentos de la empresa (como Finanzas, Producción, Ventas, etc.) son clave para integrar la DEI en los procesos y operaciones de sus áreas. Entre sus responsabilidades están:
El liderazgo efectivo no solo impulsa el cumplimiento de objetivos, sino que también inspira a otros a ser agentes de cambio.
La inclusión es una responsabilidad compartida por todas las personas en la organización. Entre sus deberes están:
Cuando cada persona se compromete, la organización avanza hacia una cultura más inclusiva y equitativa.
El equipo de DEI, o la persona líder en este ámbito, es un habilitador estratégico. No ejecuta todas las acciones, sino que guía y apoya a la organización en su implementación. Sus responsabilidades incluyen:
Además, este equipo debe mantenerse actualizado en tendencias globales y actuar como un ejemplo de coherencia en mentalidades y comportamientos inclusivos.
Revisa responsabilidades de DEI actuales en tu empresa.
Este enfoque asegura una distribución efectiva de responsabilidades y mayor compromiso desde la alta dirección.
En nuestra experiencia trabajando con múltiples organizaciones, hemos visto cómo una clara asignación de roles y responsabilidades en DEI transforma no solo las dinámicas internas, sino también la relación con todos los stakeholders.
Cuando cada voz encuentra su lugar en la sinfonía de la inclusión, el resultado no es solo armonía, sino transformación.
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